
Nada es casualidad dice Gabriel González, geólogo UCN, subdirector de CIGIDEN e investigador principal de la línea del centro científico que estudia interdisciplinariamente las amenazas por procesos de tierra sólida. No existe una relación de causalidad entre los terremotos de los últimos días, dice, e insiste en que debemos entender que es normal en territorios de subducción como Chile―ubicado entre placas tectónicas— que ocurran sismos aislados o seguidillas de ellos, porque la liberación de energía de la tierra es constante.
A pesar de que es difícil asegurar que el sismo 6,6 registrado en Constitución el día domingo sea una réplica tardía del 27F, lo que sí es relevante e interesante, según el experto, es que “ocurre dentro de la ruptura—en la parte central— una zona que liberó poca energía en el terremoto del 2010 y eso es bueno”. Explica que la única vinculación que existe entre los sismos registrados y que levantaron alerta y rumores de tsunami, es que pertenecen a esta gran falla, la zona de subducción.
Pero ¿podríamos tener un nuevo terremoto con las características del 27F en la misma zona? Gabriel es categórico en descartar que ocurra un evento 8,8 donde ocurrió el gran terremoto y tsunami de 2010, pero asegura que sí seguiremos experimentando sismos que continuarán librando energía en aquellas partes intermedias de la ruptura, donde hubo poco deslizamiento. ¿Cómo saben esto los expertos? mediante modelos de medición por GPS y otros, que permiten analizar los cambios en la superficie tras un terremoto.
Evidencia científica
Gabriel González insiste: “el riesgo no está aquí, está la zona centro y norte”. Desde 1730 no se registra en la zona central de Chile un gran terremoto. Esa laguna sísmica, mantiene a los sismólogos y las comunidades en alerta constante. Gabriel explica que, “lo que muestra la evidencia es que desde Valparaíso hacia el Norte, aún se espera un gran evento con tsunami de grandes proporciones muy parecido al terremoto del Maule, que permita liberar toda la energía acumulada durante tantos años y que solo ha tenido algunos eventos menores de liberación”.
CIGIDEN presentó hace poco tiempo en la conmemoración del gran terremoto de Valparaíso en 1730, que un evento de las mismas proporciones, pero con el nuevo plano regulador de la ciudad, más del 30% de las personas no alcanzarían a llegar a una zona segura, por lo que la evacuación vertical―subir a edificios que cuenten con ciertas condiciones de seguridad— podría ser una de las formas de evacuación más segura frente a la emergencia.
Por otro lado, en CIGIDEN, varios investigadores han trabajo en el estudio de escenarios probables para otro gran sismo, en el norte, que anticipa el geólogo UCN. Estos mismos estudios han revelado que existen algunas zonas más expuestas que otras, como Arica, Iquique y Mejillones, en este último lugar incluso, ante un terremoto mayor a 8,5 podría inundarse más del 70% de la ciudad. (Revisa nota relacionada con estudio)
“Hemos aprendido, se han tomado resguardos y hemos hecho gestión del riesgo. En CIGIDEN trabajamos en ello, pero aún no podemos hablar de cultura sísmica en Chile, para aquello falta mucho trabajo aún, incluyendo los perfeccionamiento de las alertas con las que cuenta el gobierno”, asegura el investigador.
Fotografía Diario La cuarta
01/10/2019