La evacuación ante eventos extremos es un proceso que comprende varias decisiones y la primera de ellas tiene que ver con la decisión de evacuar, decisión que puede llevar desde minutos hasta horas después de ocurrido el evento. Lo cierto es que entendida como proceso, la evacuación comprende distintas dimensiones y una de ellas es la dimensión espacial, que tiene que ver con la elección de un lugar seguro que permita la supervivencia.
En el caso del aluvión que azotó la Región de Atacama durante el año 2015, muchas personas tomaron la decisión de evacuar y varias de ellas lo hicieron a la capital regional: Copiapó. Aun cuando el lecho del río desbordaba y con el paso de las horas bloqueaba los únicos caminos que unían Tierra Amarilla y Paipote con la ciudad, las personas decidieron ir al centro de la misma y gran parte de los puntos de encuentro a los que acudieron fueron definidos de forma autónoma.
Evacuar implica tomar decisiones ante un evento extraordinario, pero las decisiones respecto a qué lugar dirigirse y qué ruta tomar son variables. No obstante, la literatura en desastres y los estudios que se han realizado respecto a conductas de evacuación, nos muestran que las personas toman decisiones considerando el bienestar de sus familias y en caso de no estar con ellos, saber cómo se encuentran. En el caso de Copiapó, el punto de evacuación que acogió a más personas estaba localizado cercano a infraestructura crítica: colegios, compañía de bomberos, carabineros, centros de salud.
Desde la teoría de lugares centrales, estos espacios son aquellos en los que confluyen servicios, actividades, infraestructura y ante todo personas que graviten en torno a la multifuncionalidad ofrecida por estos espacios. Estos centros que permiten la aglomeración son fundamentalmente espacios de interacción entre personas, entre servicios, más que unidades espaciales predefinidas.
Copiapó, como ciudad principal que se conecta por una única vía a Tierra Amarilla y Paipote emerge como este centro gravitacional, y, haciendo un zoom espacial al punto de evacuación escogido por las personas que tomaron la decisión de bajar a Copiapó desde Tierra Amarilla y Paipote, en un radio de 300 metros este punto de encuentro concentraba colegios, centros de salud, compañías de bomberos y carabineros. Esta situación nos recuerda las lecciones del darwinismo espacial o la literalidad de la expresión: todos los caminos llevan a Copiapó.
A pesar de haber construido una ciudad principal, adonde llevan y llegan todos los caminos, el determinismo espacial imprime su condición sine qua non cuando las personas eligen qué ruta tomar para evacuar una vez ocurrido el evento. Nos dirigimos todos adonde nos llevan todos los caminos cuando nuestra segunda opción es el aislamiento fuera del lugar central. Quedemos aislados, pero juntos en torno a nuestro centro gravitacional: Copiapó.